Don Gerardo Díaz Ferrán y don Gonzalo Pascual deberían haberme hecho caso, sus empresas carecen de un proyecto de comercialización. Así ninguna industria puede crecer, su actividad no es sostenible. Encontrando inviable endosar la compañía Seguros Mercurio a otro grupo, la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), organismo adscrito al Ministerio de Economía, encomienda al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) la liquidación de la sociedad para proteger los intereses de los asegurados y la plantilla, 49.642 pólizas y 82 empleados. Esta disolución responde a la falta de liquidez, una situación patrimonial negativa que cuestiona los compromisos de pago. Con mayor precisión, la revocación de la autorización administrativa se produce cuando el margen de solvencia exigido a las aseguradoras se sitúa por debajo del mínimo legal, 10,15 millones de euros. El coste de la liquidación y cumplimiento de las obligaciones es asumido por el fondo de garantía que representa el CCS, financiado con las aportaciones realizadas por aseguradoras y clientes.
Los patronos tienen el defecto de pensar en un capitalismo financiero en lugar de un capitalismo industrial. Tal vez a los banqueros les funcione siempre la misma estrategia de adquirir y vender sociedades enteras o participaciones de las mismas, asignando un papel pasivo a la comercialización al por menor. Pero el resto de empresas tienen que buscar consumidores. Las compañías de seguros no pueden permitirse el lujo de esperar que los clientes vengan hasta la oficina para firmar una póliza. Las viejas aseguradoras que continúan ejerciendo no podrían mantener su volumen de capital si no fuera por las sufridas plantillas de "pesados" a domicilio que renuevan de manera permanente la masa de clientes. Como he sido uno de estos vendedores latosos, afirmo que los comerciales son la base de la compañía. De qué sirve producir si no encontramos compradores.
Los patronos tienen el defecto de pensar en un capitalismo financiero en lugar de un capitalismo industrial. Tal vez a los banqueros les funcione siempre la misma estrategia de adquirir y vender sociedades enteras o participaciones de las mismas, asignando un papel pasivo a la comercialización al por menor. Pero el resto de empresas tienen que buscar consumidores. Las compañías de seguros no pueden permitirse el lujo de esperar que los clientes vengan hasta la oficina para firmar una póliza. Las viejas aseguradoras que continúan ejerciendo no podrían mantener su volumen de capital si no fuera por las sufridas plantillas de "pesados" a domicilio que renuevan de manera permanente la masa de clientes. Como he sido uno de estos vendedores latosos, afirmo que los comerciales son la base de la compañía. De qué sirve producir si no encontramos compradores.