La regla de analogías nazis de Godwin puede sintetizarse en que cuando un debate se alarga o se hace más complejo y acalorado, no tarda en aparecer, de manera directa o indirecta, la típica alusión al nazismo. Esta situación está claramente asociada con el argumentum ad Hitlerum, una falacia del tipo ad hominem que pretende deslegitimar al adversario mediante una espuria acusación con la cual es posible evitar razonamientos y que permite así cerrar la controversia de un modo satisfactorio —aunque deshonesto— para el autor de la falacia argumentativa.
El presidente Pedro Sánchez no ha dudado en recurrir una vez más a esta poco ingeniosa argucia para eludir las argumentadas críticas del profesor Ramón Tamames en la moción de censura. El jefe del Ejecutivo —y de todos los demás poderes del Estado— intenta descalificar a sus rivales recriminando el carácter conspirativo de la «extrema derecha» en contra de su Gobierno. Por suerte el veterano Tamames no se deja intimidar por el abusivo Sánchez y mantiene con firmeza su labor para salvar España del caos político, social y económico que viene padeciendo con la gestión actual.
El presidente Pedro Sánchez no ha dudado en recurrir una vez más a esta poco ingeniosa argucia para eludir las argumentadas críticas del profesor Ramón Tamames en la moción de censura. El jefe del Ejecutivo —y de todos los demás poderes del Estado— intenta descalificar a sus rivales recriminando el carácter conspirativo de la «extrema derecha» en contra de su Gobierno. Por suerte el veterano Tamames no se deja intimidar por el abusivo Sánchez y mantiene con firmeza su labor para salvar España del caos político, social y económico que viene padeciendo con la gestión actual.
1 comentario:
La “reductio ad fascistum” se ha convertido en la falacia favorita de la izquierda.
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