domingo, 14 de junio de 2009

«Cuando haces la reverencia a uno, vuelves la espalda a otro». (Ferdinand Galiani)

El Grupo Santander continúa su imparable expansión internacional. El tropiezo de otros más incautos supone la oportunidad para ser devorado por este monstruo del negocio monetario. Un banco español se hace con el monopolio de las finanzas en buena parte del globo. ¿Un éxito para nuestra economía?; ¿bancos salvados de la quiebra gracias a la intervención del Santander?

Lamento decir que no, esto no tiene por qué alegrarnos, no es una buena noticia. Usted mismo, ¿nota alguna mejora cada vez que el grupo cántabro incrementa sus activos?; ¿observa una evolución en la riqueza nacional de aquellos países donde éste extiende sus operaciones?

El hecho de que una sola entidad absorba las actividades de una multitud de establecimientos bancarios supone que el monopolio de todas las cuentas acaba por impedir la necesaria movilidad económica que sustenta un estado plenamente desarrollado. Y esta circunstancia también afectará a la movilidad social. Tal situación frenará el crecimiento de otros sectores, especialmente de aquellos verdaderamente productivos que se harán dependientes del crédito que pueda concederles una banca menos diversificada. Paradójicamente, el laissez-faire inicial provocará la fractura del mismo sistema liberal y los principios que lo definen. Para prevenirlo, cada Estado debe proponer las medidas adecuadas para mantener un equilibrio que respete la libertad económica también a largo plazo, identificando las amenazas estratégicas ejercidas sobre los demás sectores.

1 comentario:

Funcionario's blog dijo...

Muy buenas tus entradas. Estoy aprendiendo mogollón sobre macroeconomía.

Totalmente de acuerdo contigo que, al contrario de lo que nos intentan vender los medios de comunicación, los monopolios (si son privados) son malos para el ciudadano.

Bueno, y si son públicos también.