lunes, 28 de diciembre de 2009

Por qué llaman "crisis" a la negligencia

El ingeniero industrial Gerardo Díaz Ferrán únicamente se ha limitado a consumar la decadente herencia de aquel templado José María Cuevas en la presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. No olvidemos la relación de su antecesor, el señor Cuevas, con el sector financiero, siendo consejero de Renta 4, sociedad especializada en productos de ahorro e inversión; como presidente de 21 Invest en España, una compañía de capital desarrollo; y su vinculación con el sector inmobiliario, presidiendo el grupo Sacyr Vallehermoso. Fue precisamente la actividad especulativa que representan estos sectores los que propiciaron el debilitamiento del tejido productivo y una posterior contracción del consumo. La misma visión cortoplacista de esta patronal, todavía encabezada por Díaz Ferrán, ha sido incapaz de enmendar los fallos acumulados hasta el momento. En conjunto, los empresarios carecen de un plan de recuperación. Lo cierto es que tampoco interesa a todos, lo que a unos supone la quiebra, a otros les aporta ganancias. Tanto es así, que para muchos la última "crisis" —tan siquiera recesión— no existe; al simple espectador no tiene por qué dolerle lo que acontece en la película.

Gozando de una aparente posición privilegiada y una envidiable red de contactos al frente de la CEOE, a don Gerardo Díaz y a don Gonzalo Pascual les ha faltado talento para evitar la quiebra de la aerolínea Air Comet. ¿Una crítica fácil? Vamos a situarnos: la compañía estaba especializada en vuelos a Latinoamérica; vivimos un período histórico en el que el flujo entre los dos continentes puede considerarse "masivo"; la aerolínea pertenece al clúster turístico de Marsans, teniendo el mismo presidente. Éste alega que su empresa es una víctima más de la crisis. ¿No tendría algo que ver el excesivo endeudamiento causado por el pedido a Airbus de aquellos 60 aviones? Previamente, intentando superar el descenso del número de clientes, reducen los precios de los billetes y en consecuencia caen los ingresos generando una deuda de 17,5 millones de euros con el banco alemán Nord Bank y otro conflicto con Caja Madrid, donde Díaz Ferrán es consejero, por un supuesto impago de 26,5 millones de euros. Además, sumaremos el adeudo de las nóminas a más de 620 trabajadores pendientes de despido y los 7000 pasajeros que había dejado en tierra. El día veintiuno del presente mes, Air Comet cesa las operaciones y se inmoviliza la flota de aeronaves por sentencia de un tribunal de la Alta Corte de Londres motivada por recurso interpuesto por el germano Nord Bank, y el veintidós Fomento le retira la licencia para seguir operando. Ante la denegación de nuevos créditos, el grupo Marsans inyectó 143 millones de euros para salvar la compañía, pero el déficit no paraba de crecer, ya era irremediablemente un zombie.

No sé a ustedes, pero a mí me gustaría saber por qué razón se esperó hasta noviembre de 2009 para reducir la flota de aviones. Sin embargo, bajo mi punto de vista, lo que más evidencia la ineficaz gestión de Díaz Ferrán, está en la marcada falta de un hábil plan de comercialización. La ejecutiva de Marsans no ha dispuesto de manera adecuada todo el potencial de una amplia network que bien podría haber incrementado un presidente de la CEOE. Gerardo Díaz Ferrán se lo ha puesto bien fácil a sus adversarios. No debe importarnos.

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