lunes, 24 de agosto de 2009

Spin-offs e incubadoras de empresas

En enero de este año nos sorprendía la noticia: «La Audiencia juzgará a tres profesores por apoderarse de fondos de becarios». Tal y como podemos comprobar en este otro documento y la página web, se evidencia la generalización de prácticas ilegales en el ámbito académico-empresarial. Es común la contratación de auxiliares precarios que realizan el verdadero trabajo para luego reemplazarlos por nuevos becarios. Directores y coordinadores de los proyectos, funcionarios y profesores universitarios, desarrollan actividades económicas irregulares que les permiten gozar de unos ingresos privados incompatibles. Los académicos quedan entonces amparados por el reconocido carácter público de sus "trabajos" y por el interés general de las investigaciones o desarrollo de productos, cuando en realidad serán comercializados por el sector privado, es decir, empresas asociadas, spin-offs dirigidas por los mismos catadráticos o doctores y firmas en las cuales son comisionistas. Los funcionarios públicos, ya remunerados por la administración, se beneficiarían también de los privilegios inherentes a la gestión privada. A esto sumamos que tales participantes jamás corren riesgo financiero alguno al proceder las inversiones de fondos públicos o subvenciones de determinadas instituciones orientadas al interés general, igualmente controladas por afines. En caso de que los productos o patentes no sean rentables, tampoco habría riesgo, ya que la universidad absorbe las deudas y nadie exigirá responsabilidades a una gerencia ocupada en la formación de futuros profesionales. Siempre podrán alegar que es un error necesario para testar el resultado de una investigación. Por no tener, estos académicos-empresarios, no tienen ni las requeridas obligaciones comunes hacia los trabajadores, convertidos en dóciles becarios pagados con fondos ajenos al negocio. ¿Quién los controla? Ellos son la Administración.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Economía de medios y óptimo resultado

Mientras la competencia se encadena a proyectos de largo plazo destinados a la atracción de futuros clientes, con un coste anual de decenas de millones de euros y un mercado meta principalmente universitario, el BBVA aventaja todos los planes rivales de comercialización infantil y juvenil mediante algo tan simple y económico como una colección de cromos.

El target de la campaña se dirige a niños menores de 14 años que para recibir una caja regalo de 300 cromos Panini de la Liga BBVA 2009-10 deberán abrir una cuenta de ahorro Miniblue en el citado banco con un saldo mínimo de 100 euros, o bien ingresar 200 euros en su cuenta antes del 30 de septiembre. Con esta promoción el BBVA espera vincular 500.000 nuevos clientes, destacando que 80.000 niños respondieron positivamente en la edición de 2007 y hasta 200.000 en la campaña de 2008.

Los jóvenes clientes de la Miniblue obtienen un interés del 3% TAE, siempre y cuando realicen ingresos periódicos (basta con una aportación mínima semestral de 60€). Además, la cuenta de ahorro infantil está libre de comisiones y, con el mismo carácter transitorio, queda exenta de retención fiscal.

Esto sí es optimizar el retorno de la inversión. Ahora entiendo por qué el BBVA rechazó mi propuesta para constituir una red rival de la plataforma Universia, espacio patrocinado por el Grupo Santander. La entidad que preside Francisco González Rodríguez es capaz de cumplir los objetivos con el mínimo coste. Ha llegado el momento de la predominancia del BBVA. El grupo de Botín comienza a moverse con torpeza.