Se puede ser un moralista y al mismo tiempo descender a la enfermedad moral. En un blog resalto las virtudes de la familia tradicional mientras que en otro opino lo contrario. Examino los defectos del matrimonio sin haber estado casado. Comento asuntos políticos pero no acudo a votar. Alabo los beneficios de la sociedad de consumo cuando soy el primer tacaño. Critico conductas libertinas para terminar visitando una web de señoras desnudas. ¿Alguien necesita mi consejo?
domingo, 13 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Posiblemente escribas de "oídas", tienes mucho que aprender de la vida.
Para escribir y que seas creíble lo primero que debes es haber experimentado el tema del que trates y luego, hacerlo llegar a tus lectores.
No obstante, algunos temas son objeto de comentario sin haberlos experimentado, no soy tajante en nada.
La juventud es osada y ciega, pero necesitas/os vivirla para alcanzar tu/ vuestra propia madurez.
Saludo de la madre de familia numerosa.
Publicar un comentario