domingo, 4 de abril de 2010

¿Es conveniente vedar el trabajo a los menores de dieciocho años?

La sociedad se equivoca al pretender que los ciudadanos infantiles y juveniles no participen de manera directa en el desarrollo económico, reservándoles únicamente un papel de consumidores pasivos. Es demasiado tarde para hacer entender a los políticos, empresarios, padres y educadores, que durante décadas hemos desvirtuado y reprimido la capacidad productiva del sector juvenil, procurando alejarlos del mercado de trabajo como si de un mal se tratara. Aduciendo que el progresivo retraso de su iniciación laboral responde a la necesidad de protegerlos, hemos conseguido un irremediable amontonamiento de sujetos sin vocación ni responsabilidad.

Un gran porcentaje de la población no ha recibido un adecuado programa de educación financiera que le sirva para comprender los conceptos y productos financieros o el valor del ahorro. No se promueve suficientemente el desarrollo de habilidades mercantiles entre los más jóvenes, de modo que serán incapaces de evaluar los riesgos y oportunidades que se presentan a lo largo de sus vidas. Tendemos a la bancarización pasiva donde los individuos no actúan de modo racional ni con la debida información, nos dejamos llevar por las orientaciones de terceros sin percatarnos del encarrilamiento especulativo.

Múltiples actividades asumidas como entretenimiento, diversión u ocio, e incluso formativas, no persiguen un objetivo exacto. El juego es necesario para todos los niños, el deporte también. Sin embargo bosquejo lo siguiente: muchos chavales están inscritos en equipos de fútbol, pero no todos son realmente buenos y el número de cadetes que llegará a profesional es mínimo, una proporción ínfima. Esto quiere decir que la inmensa mayoría jamás ganará dinero con este deporte, convirtiéndose en meros consumidores del espectáculo; habrán ejercido una actividad y aceptado una disciplina a tiempo parcial sin ninguna ganancia, e incluso les ha implicado un gasto. Por esta razón nunca me interesó el fútbol. Si no voy a ser el mejor e ingresar dinero con ello, para qué quiero seguir jugando, qué más me da el resultado. Aún hoy no logro entender la motivación de aquellos que juegan una partida hasta el final desde una posición mediocre o mala; ¿por qué lo hacen? En conclusión, si admitimos que un adolescente realice una tarea deportiva y se someta a un trabajo físico gratuitamente, por qué razón no permitimos que desempeñe una labor remunerada en el aprendizaje de una profesión o se inicie en el desarrollo de alguna actividad económica.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Encuentro bastante acertadas, estimulantes y valientes algunas de tus opiniones, pero en otras no se si estás de broma. Según leo no juegas al futbol porque no ingresas dinero por ello. Creo que la mayoría de la gente juega al futbol porque es una manera de hacer ejercicio y mantenerse en buen estado de forma es decir por salud, porque es un juego de equipo que permite socializarse y compartir algo con los demás y también porque simplemente les gusta. Entiendo que tu no haces nada que no te proporcione ingresos. ¿No te gusta nada? ¿No te gusta escribir? O acaso lo haces únicamente porque te reporta beneficios. Creo que algunas de tus afirmaciones son irresponsables. En casi todos tus artículos hay casos similares. Deberías reflexionar más antes de escribir.

Anónimo dijo...

buenisimmo

Carlos G. Ferrera López dijo...

No estoy del todo de acuerdo contigo. Desde que son pequeños, se les alecciona para que depositen ciertas cantidades en una cuenta bancaria. Hoy en día, pueden sacarse su D.N.I., viajar en grupos desde muy temprana edad e incluso aprender a conducir en circuitos especiales para menores. Cuando yo era pequeño, jugaba con una amiga "a las casitas": Fabricar casas-corrales con bloques de ladrillos, maderas y otras burradas. La diferencia y, en eso aciertas, es que siguen sin cobrar un salario digno, exacto. Muy acertado, aunque resbalas entre la ironía y la realidad y no se distingue bien tu mensaje final.