Una vez más, resulta contradictorio que quien propugna la reducción del Estado, aminorar el gasto público y restringir la dependencia de las ayudas sociales se oponga al derecho al aborto. Si se ilegaliza el aborto, tal y como plantea el presidente electo de Argentina, Javier Milei, no cabe duda que se incrementarán los nacimientos no deseados y se expandirá la pobreza aumentando la demanda del asistencialismo. Un pretendido desmantelamiento del Estado benefactor no es compatible con una prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo. Supone una mayúscula incongruencia adherirse a un supuesto libertarismo cuando en realidad se están menoscabando derechos individuales tan fundamentales como la libertad de cada persona para elegir el destino de su propia vida. Con ello se obliga a una maternidad forzada por el Estado que muchas veces acarrea la propagación y perpetuación de una insalvable pobreza.
martes, 21 de noviembre de 2023
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