viernes, 31 de diciembre de 2010

Sobre la escasez de antibióticos en la posguerra y Nueva Rumasa

Comenzamos nuestra parábola en la España de posguerra. Cinco agricultores caen enfermos en una zona rural. El médico local observó desde su llegada el estado de anemia generalizado en esta población originado por las carencias nutritivas inherentes a la falta de recursos. En un principio hablaríamos de una dolencia fácilmente subsanable con una dieta reforzada. Al explorar los enfermos el doctor encuentra síntomas que orientan una neumonía. Mediante el adecuado tratamiento no tiene por qué ser mortal, pero la cura requiere el uso de antibióticos. En aquel período histórico España se encontraba prácticamente desabastecida de estas sustancias químicas antimicrobianas, con frecuencia accesibles en contrabando. Los pacientes se trasladan a un centro sanitario de la capital para su hospitalización por consejo del facultativo rural. Las existencias de penicilina para toda la provincia se reducen a cuatro dosis, con el propósito de cubrir las necesidades presentes y contingencias venideras en miles de habitantes. La junta directiva del hospital decide no dar prioridad a los cinco afectados a pesar del progresivo agravamiento de la neumonía que padecen. Los médicos resuelven aguardar emergencias de mayor consideración para emplear la escasa provisión de antibióticos. Mientras tanto, acuerdan su tratamiento para suprimir el cuadro de deficiencia nutritiva. ¿Cómo valoran el dictamen de la junta médica?

Cambiamos la posguerra por la depresión económica actual, los agricultores por Nueva Rumasa, la anemia por una disminución de fondos, la neumonía por un detrimento de los activos, el hospital por un órgano judicial, la junta médica se transforma en el poder ejecutivo, la penicilina se equipara al esperado reembolso del justiprecio positivo que rebasa los dos mil millones de euros.

Despuntamos el 2011 envueltos en la crisis económica 2007-2010. Nueva Rumasa agota el activo líquido quedando sin efectivo en caja. Pretende salvar la crisis crediticia recurriendo a la emisión de títulos de deuda corporativa, procedimiento reflejado en el pasivo circulante que se establece para captar fondos destinados a la financiación de proyectos.

La inmediata exigüidad de cash provoca una espiral de impagos. Los proveedores se encuentran comprensiblemente afectados por esta situación; los acreedores también son deudores. Hasta aquí se pone de manifiesto la presencia de un cuadro de anemia financiera. Nadie hizo público el estado real de las cuentas. Tampoco se confirmó a tiempo que no se trataba de una suspensión de pagos temporal (default), sino de una quiebra donde la insolvencia es irrecuperable. El equilibrio hematológico de las sociedades mercantiles parecía reversible a corto plazo, superando un estorbo transitorio para el flujo de caja para inversión y la cancelación de los compromisos de pago.

Más abrumador sería encontrar una depreciación del capital social como consecuencia de la acumulación de deudas y una sucesión de balances negativos, lo que ciertamente ha ocurrido aun procurando la diversificación del grupo industrial. Las empresas rentables cedían fondos a las que cerraban el ejercicio arrojando pérdidas. Algunas marcas sostenían el ritmo de ventas. En 2005 se detectó un agotamiento del fondo de maniobra, dificultad parcialmente solventada con la suscripción de títulos de deuda privada. Los cuatro mil doscientos inversores de estos pagarés han perdido más de quinientos millones de euros.

Durante más de un lustro se ocultaron las señales de una gradual descapitalización, disminución del valor de los activos e impedimentos para mantener el patrimonio social en un estado óptimo. Las pérdidas aumentaron de manera continua. El neto patrimonial reveló un resultado negativo. Han forzado la máquina. Se excedieron en los gastos. El grupo contempla un severo adelgazamiento de activos.

La decisión de cada parte repercute en el conjunto económico que configura la cadena de pagos. Si admiten que los débitos reiterados asemejan una obstinada infección, ¿lo interpretan como una neumonía?

Puede ser una inoculación recuperable. ¿Por qué critican los tratamientos? Si alguien censura los remedios aplicados es que ha concluido mejor enmienda, un antibiótico más eficaz: saldar el justiprecio de los activos inmobiliarios expropiados.

domingo, 13 de junio de 2010

«Consejos vendo y para mí no tengo»

Se puede ser un moralista y al mismo tiempo descender a la enfermedad moral. En un blog resalto las virtudes de la familia tradicional mientras que en otro opino lo contrario. Examino los defectos del matrimonio sin haber estado casado. Comento asuntos políticos pero no acudo a votar. Alabo los beneficios de la sociedad de consumo cuando soy el primer tacaño. Critico conductas libertinas para terminar visitando una web de señoras desnudas. ¿Alguien necesita mi consejo?

domingo, 4 de abril de 2010

¿Es conveniente vedar el trabajo a los menores de dieciocho años?

La sociedad se equivoca al pretender que los ciudadanos infantiles y juveniles no participen de manera directa en el desarrollo económico, reservándoles únicamente un papel de consumidores pasivos. Es demasiado tarde para hacer entender a los políticos, empresarios, padres y educadores, que durante décadas hemos desvirtuado y reprimido la capacidad productiva del sector juvenil, procurando alejarlos del mercado de trabajo como si de un mal se tratara. Aduciendo que el progresivo retraso de su iniciación laboral responde a la necesidad de protegerlos, hemos conseguido un irremediable amontonamiento de sujetos sin vocación ni responsabilidad.

Un gran porcentaje de la población no ha recibido un adecuado programa de educación financiera que le sirva para comprender los conceptos y productos financieros o el valor del ahorro. No se promueve suficientemente el desarrollo de habilidades mercantiles entre los más jóvenes, de modo que serán incapaces de evaluar los riesgos y oportunidades que se presentan a lo largo de sus vidas. Tendemos a la bancarización pasiva donde los individuos no actúan de modo racional ni con la debida información, nos dejamos llevar por las orientaciones de terceros sin percatarnos del encarrilamiento especulativo.

Múltiples actividades asumidas como entretenimiento, diversión u ocio, e incluso formativas, no persiguen un objetivo exacto. El juego es necesario para todos los niños, el deporte también. Sin embargo bosquejo lo siguiente: muchos chavales están inscritos en equipos de fútbol, pero no todos son realmente buenos y el número de cadetes que llegará a profesional es mínimo, una proporción ínfima. Esto quiere decir que la inmensa mayoría jamás ganará dinero con este deporte, convirtiéndose en meros consumidores del espectáculo; habrán ejercido una actividad y aceptado una disciplina a tiempo parcial sin ninguna ganancia, e incluso les ha implicado un gasto. Por esta razón nunca me interesó el fútbol. Si no voy a ser el mejor e ingresar dinero con ello, para qué quiero seguir jugando, qué más me da el resultado. Aún hoy no logro entender la motivación de aquellos que juegan una partida hasta el final desde una posición mediocre o mala; ¿por qué lo hacen? En conclusión, si admitimos que un adolescente realice una tarea deportiva y se someta a un trabajo físico gratuitamente, por qué razón no permitimos que desempeñe una labor remunerada en el aprendizaje de una profesión o se inicie en el desarrollo de alguna actividad económica.

viernes, 2 de abril de 2010

Hacia un nuevo modelo de familia

El matrimonio se revela en la actualidad como una institución social innecesaria y obsoleta. Independientemente de la voluntad conservadora, el vínculo marital se ha convertido en un contrato temporal. Esta unión de cónyuges tiende a manifestarse como un antieconómico convenio desprovisto de una clara finalidad.

Desde el acto de casamiento mismo, envuelto en una costosa boda, hasta el habitual divorcio, se interpreta como una gravosa relación que no ha superado la categoría de compromiso de amistad. La incompatibilidad de actitudes es lo más probable, y mantener artificialmente una institución que no funciona supone un lamentable déficit acumulativo. Tanto el matrimonio como la pareja de hecho terminan siendo una inoportuna carga para la economía en la mayoría de los casos. La vulgar unión conyugal no es rentable.

La aceptación del parentesco por afinidad (familia política) es un convencionalismo discutible en tanto que obliga a comprar el lote sin verdadero propósito. Incluso cuando hay consanguinidad no existe plena aquiescencia en el programa u objetivo, pudiendo darse la circunstancia de preferir una filiación mediante adopción cuando los descendientes naturales no son mejores administradores.

Cabe la concreta posibilidad de concebir otro tipo de unidad más eficiente, la familia económica planteada sobre un contrato de trabajo asociado que persigue alcanzar el capital sinergético necesario para lograr resultados y beneficios conjuntos. Igualmente, de no cumplir los objetivos de producción, debe disolverse.

lunes, 15 de marzo de 2010

Les sigue faltando un plan de comercialización

Don Gerardo Díaz Ferrán y don Gonzalo Pascual deberían haberme hecho caso, sus empresas carecen de un proyecto de comercialización. Así ninguna industria puede crecer, su actividad no es sostenible. Encontrando inviable endosar la compañía Seguros Mercurio a otro grupo, la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), organismo adscrito al Ministerio de Economía, encomienda al Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) la liquidación de la sociedad para proteger los intereses de los asegurados y la plantilla, 49.642 pólizas y 82 empleados. Esta disolución responde a la falta de liquidez, una situación patrimonial negativa que cuestiona los compromisos de pago. Con mayor precisión, la revocación de la autorización administrativa se produce cuando el margen de solvencia exigido a las aseguradoras se sitúa por debajo del mínimo legal, 10,15 millones de euros. El coste de la liquidación y cumplimiento de las obligaciones es asumido por el fondo de garantía que representa el CCS, financiado con las aportaciones realizadas por aseguradoras y clientes.

Los patronos tienen el defecto de pensar en un capitalismo financiero en lugar de un capitalismo industrial. Tal vez a los banqueros les funcione siempre la misma estrategia de adquirir y vender sociedades enteras o participaciones de las mismas, asignando un papel pasivo a la comercialización al por menor. Pero el resto de empresas tienen que buscar consumidores. Las compañías de seguros no pueden permitirse el lujo de esperar que los clientes vengan hasta la oficina para firmar una póliza. Las viejas aseguradoras que continúan ejerciendo no podrían mantener su volumen de capital si no fuera por las sufridas plantillas de "pesados" a domicilio que renuevan de manera permanente la masa de clientes. Como he sido uno de estos vendedores latosos, afirmo que los comerciales son la base de la compañía. De qué sirve producir si no encontramos compradores.

domingo, 31 de enero de 2010

Cómo reducir el número de pensionistas

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo Pujol, propone retrasar la edad de incorporación al mercado laboral ampliando la enseñanza obligatoria hasta los dieciocho años, mientras que el Espacio Europeo de Educación Superior impone la realización de un posgrado para validar las licenciaturas. El Gobierno lanza un globo sonda para demorar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. Resultado: reumatismo prematuro (más tiempo atado a una incómoda silla) + incremento de la tasa de colesterol (sedentarismo juvenil) = defunción en el puesto de trabajo (menos pensionistas). Un fallo, aumentarían las bajas médicas por dolencias traumatológicas y accidentes cardiovasculares.