lunes, 22 de marzo de 2021

Síndrome adámico

El trastorno victimista de la izquierda invalida sus argumentos al eludir su propia responsabilidad. No importa la causa real de un hecho, la culpa siempre es del otro. Esta es una de las máximas más comunes entre los políticos, quienes revelan con ello el más recalcitrante síndrome adámico. Incluso cuando el daño ha sido causado por uno mismo, la infracción debe ser atribuida al adversario, evitando que la crítica recaiga sobre el auténtico autor. Se trata de rentabilizar el perjuicio. Por muy inmoral que parezca, resulta una táctica efectiva.

viernes, 19 de marzo de 2021

Nihilismo político

«Echad los prejuicios por la puerta: volverán a entrar por la ventana». (Federico II el Grande)

Una parte de los votantes se identifica con la derecha y otra con la izquierda, en ambos casos con la misma esperanza de que los que representan su respectiva ideología cambien la situación generada por el partido contrario o bien que se mantenga la situación política dispuesta por sus afines. Siempre que se apoya a un partido prevalece el anhelo hacia un estado mejor, un deseo utópico que con demasiada frecuencia lleva a idealizar o sublimar un escenario político, social y económico que no se corresponde con la realidad. Entre la expectativa y el producto real media un elemento fundamental que impide la mejora plena de la sociedad: la propia naturaleza humana. Ésta conlleva un factor que se antepone a cualquier conformidad permanente: la lucha por la supervivencia que implica la aceptación genética de esa violencia inherente al ser humano y que estará siempre presente, incluso entre los miembros de un mismo partido que se enfrentarán entre sí para imponerse los unos sobre los otros.

A excepción de los líderes arribistas, abundan ilusos que buscan una quimera política esperando que la victoria de los suyos verdaderamente cambie la sociedad, sin advertir que el eterno enfrentamiento nunca cesará y que, aun eliminando a la oposición, subsistirán los conflictos que nuevamente la restituirán. El ser humano es insaciable, nunca está plenamente satisfecho. No es posible abandonar los intereses privados porque en la lucha por la supervivencia todo acuerdo simbiótico no es más que un mero instrumento para cada individuo, una extensión de su propio beneficio particular. La vigencia del consenso está supeditada al mantenimiento de las condiciones favorables para cada sujeto incluido en el acuerdo, lo cual se complica dado que la conformación de todo grupo es siempre jerárquica y, por tanto, existirá una reivindicación asimétrica. De esta manera, permanentemente surgirán exogrupos y la rivalidad entre comunidades o identidades no tendrá fin porque está biológicamente escrita en nuestros genes. El cisma y la disidencia son inevitables. Intentar que la oposición y las diferencias desaparezcan es como poner puertas al campo. La paz es imposible. Independientemente de quien gane, la corrupción, la codicia y la maldad continuarán existiendo, están en todas partes. El mal no distingue ideologías.

lunes, 14 de diciembre de 2020

Intereses detrás de la inmigración

La migración masiva hacia los países occidentales, lejos de cesar, sufre un considerable incremento debido a ocultos intereses políticos y económicos tanto en los países de origen que propician esta catástrofe humanitaria, como en los de acogida. Para los territorios de salida esta afluencia supone un modo de evitar el colapso poblacional y social, a la vez que se favorece la entrada de divisas provenientes de aquellos emigrantes que han logrado obtener unos ingresos económicos. Con esta partida multitudinaria los gobiernos eluden así sus responsabilidades dada la absoluta ineptitud para asumir las obligaciones con sus habitantes, cuyas necesidades serán cubiertas por los estados de acogida. Mientras que para los países de llegada la única ventaja es exclusiva de la clase política que ampara este tráfico de personas, de ciertas organizaciones no gubernamentales y algunos empresarios que pueden optar a una mano de obra barata.

lunes, 27 de abril de 2020

Lo fácil que resulta crear un falsa realidad

Cualquiera de nosotros puede componer unas coordenadas fantasmas, una mentira, una fantasía, una nueva "verdad". El culto a la retórica y oratoria desde la cultura helénica —y en civilizaciones anteriores— supone un ejemplo de lo atractivo que supone aceptar una "realidad" distinta, en algunos casos, hasta llegar a lo absurdo, pero bien envasado. El ser humano, en su aparente superioridad intelectual, transformadora y productiva, presenta al mismo tiempo una gran debilidad y dependencia hacia la comunicación con sus semejantes. Cuando abstraemos alguna información e intentamos asimilar un significado, no pocas veces interiorizamos una situación sin espacio ni tiempo en la realidad. Formamos una imagen para la que disponemos un lugar —espacio— en un registro o soporte físico. Damos una existencia temporal cada vez que evocamos ese algo, y aún sin llamarlo, permanece ya en suspensión desde su elaboración primera.

Con todo esto podemos preparar cualquier situación imaginable para hacerla verdad, aunque nunca haya sido empíricamente demostrable; ahora ya puede serlo, nuestro sistema cognitivo se sustenta en ello, en creerlo. Cuando se nos ofrece una noticia falsa, al mismo tiempo, se le da un tiempo y un espacio físico. Lo nunca ocurrido, aún desvelado como fraude informativo, pasa a ocupar una parcela de la realidad, tenemos un motivo de crítica, el sujeto del análisis lógico. También los animales y plantas recurren al crear confusión para su supervivencia: así como el carnívoro que pretende hacer ver que no está presente ante su presa, disimula la realidad, la engaña; el reptil que se camufla con el entorno natural para no ser cazado.

No, no todo lo que sucede en el tiempo y el espacio es objetivo y común a distintos observadores; cualquier situación pensada está inmaterialmente presente en un mínimo punto del todo. El único problema estaría en que la exportación de determinadas abstracciones o falsos "ser-estar", en principio inofensivos y sin mayor relevancia, se conviertan en una realidad común y general, negativa para el resto de individuos.

Sea como fuere, lo importante no es sólo identificar los elementos de la realidad, es preciso construir con ellos un soporte útil, práctico, productivo. De hecho, el tiempo se ha convertido en una secuencia de organización efectiva de la que nadie —o muy pocos— osan dudar. Lo mismo sucede con el espacio, que delimita la localización de toda acción.

jueves, 4 de julio de 2019

El triunfo de la mentira

En lugar de gozar de un auténtico sistema democrático en el cual los ciudadanos pueden ejercer el poder político, predomina en Europa una espuria democracia representativa y liberal donde los votantes únicamente pueden elegir en elecciones periódicas a un grupo de representantes previamente escogidos por su respectivo partido en una lista cerrada de candidatos que siempre terminan beneficiándose a sí mismos por encima de los intereses generales que deben gestionar. Para garantizar la continuidad de este sistema de gobierno es necesario contar con los medios de comunicación, los cuales son comprados para difundir los mensajes que convienen a las élites y legitimar su autoridad. Esta forma de democracia solo favorece a quienes pueden ejercer el poder y quienes pueden comprarlo, en detrimento de una mayoría no influyente. En esta oligarquía de partidos, también denominada partitocracia, se hace necesario poseer un carnet de partido para abrir puertas, prosperar y enriquecerse. Fuera del sistema establecido no se puede ser demócrata, no se puede ser un respetable ciudadano. La opinión pública es conducida por los medios desde las consignas que marcan los políticos de turno y sus respectivos grupos de presión, quienes fabrican ideas y directrices con la finalidad de amaestrar a la plebe y volverla acrítica. Una minoría decide lo que está bien y lo que está mal. El pensamiento divergente es castigado por el grupo, no convienen las voces discordantes que puedan cuestionar el régimen predominante. Se impone la falacia, la tergiversación mediática, la censura y el control informativo. La razón es suprimida de la vida pública para favorecer el juego de intereses privados que están ocultos. Otros piensan y deciden por ti, con lo que se diluye la responsabilidad colectiva. En estas condiciones la democracia es imposible. Vivimos permanentemente engañados por los políticos.

viernes, 17 de mayo de 2019

El paso del tiempo

Por la acción de Dios hubo un inicio en las coordenadas espaciotemporales, antes incluso de la "luz". Desde el día uno se rompió la infinitud temporal, porque si no fuera así, mañana no sería una jornada más, pero lo será, sin duda. Sólo podemos avanzar, nunca retrocedemos al ayer, salvo con la proyección archivada, irrepetible, una evocación falseada, ya no recuperable con la verdadera vivencia.

En cuanto a la percepción del fenómeno físico desde el fenómeno psíquico, lo captado tiene un contexto espacio-temporal en sí mismo, aunque para la impresión psíquica haya fenómenos aparentemente inespaciales o atemporales. La interpretación de la "realidad", en mucho subjetiva, tiene grandes limitaciones; depende de la combinación de la capacidad de abstracción (tanto de lo evidente como de lo asimilado de forma más compleja y artificialmente institucionalizada), de los estímulos, de la emotividad y la pasión vital (muchas veces distorsionando el conocimiento), y de las referencias previas. Esto nos llevaría a plantearnos si lo abstracto, no empírico, existe o no. La razón científica se vale también de la metáfora, la parábola. Por ello, y con la misma justicia, el conocimiento científico toma juicios dependientes de una "fe". El binomio espacio-tiempo podría ser un marco o contexto de la relación eterna que hemos adaptado como sistema de localización inteligible, vínculo entre lo perceptible y lo sublime, accesible por la fe hacia otra realidad.

Tenemos un tiempo y un espacio como magnitudes, "continentes de". Producto derivado del tiempo es la "edad" biológica, equivalente a la duración de la vida de los organismos como magnitud temporal (ciclos y evoluciones). Este aspecto, la "edad", puede verse como un efecto de la causa espacio-temporal, el resultado de su acción sobre los hechos y los seres. Concretamente para nosotros, materia eventualemente móvil y conjunto de fenómenos químicos y físicos, fijamos tal unidad como forma de delimitación del curso vital.

Cada ciclo cumplido supone el paso a otro estado más cercano a la pérdida de autonomía, cuya carencia final sería la muerte o nulidad de impulsos voluntarios. La vida, como sujeto del binomio, representa un desplazamiento de la materia propia y su incidencia sobre otros cuerpos físico-químicos (como la bola de billar a la que lanzamos contra otras que son movidas a su vez en el "espacio" asignado por el impacto). 

¿Cómo se explicaría entonces el deterioro material de los tejidos y la oxidación de las substancias? ¿Por qué motivo se produce esa transición en el estado físico-químico?. Partiendo de la Ley de la Conservación de Energía enunciada por von Helmholz, no puede ya haber un reposo absoluto, siempre habrá  movimientos y fluctuaciones, hasta el punto de que lo que está aparentemente inmóvil, sólo padece una dispersión notable de impulsos, y todas las energías que puedan afectar ese sujeto, están en alguna parte. Así, el contacto de unos cuerpos con otros produce un choque que dispersa las partículas constitutivas de la realidad, se dan tanto movimientos, como desprendimientos de un conjunto de unidades, o bien nuevas agrupaciones de las mismas. Cuando los cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio, ante su contacto, se produce una interacción relacionándose con otros. Fruto de la interacción se modifica el comportamiento, las propiedades y, sobre todo, la posición de los demás cuerpos vinculados a un campo de acción. De la ruptura de las unidades básicas por enfrentamiento, incluyendo las partículas y antipartículas subatómicas (carentes de masa), se genera una descarga de energía, de nuevo un desplazamiento, nada conocido escapa, como mínimo, al cambio de posición por un contacto. Media en todo ello esa interacción en la que también está presente el tiempo, como un obligado delimitador entre cada suceso y todo este proceso representa su efecto sobre la materia. Se trata, pues, de etiquetar la cadencia cósmica, de obligada e inevitable presencia. Tenemos un ingrediente del fenómeno, lo que media entre el antes y el después de 'ser'.

Si nos remitimos a la "eternidad" general como negación de un pasado, presente y futuro, podemos llegar a plantearnos un "no inicio", …pero estamos aquí, …y hemos empezado a ser alguna vez; ¿o siempre fuimos?. Podemos contestar por casos concretos: la Tierra no fue siempre tal, lo que es, sino que formaba parte de otro cuerpo; cada uno de nosotros es diferente de lo que era antes de existir como lo que es ahora. Pero todo procede de un "algo" eterno, material o no, una fuerza sublime generadora de lo demás al principio del tiempo (al provenir de lo intemporal). Cabe destacar la teoría del eterno retorno de Nietzsche (presente en la Aurora y La gaya ciencia de su segundo período ilustrado), a su vez recogida con anterioridad de los griegos, que establece la concepción circular del tiempo, sin inicio ni final.

¿Cuál es la segmentación del conjunto de circunstancias relacionadas, qué las mantiene vinculadas? ¿El espacio, el tiempo, la materia, la nada? Sabemos que existe una tendencia universal a la regularidad, un orden que a veces se rompe en los procesos físicos y químicos. Esto podría conducirnos a la existencia de una ley de leyes originaria, la ansiada armonía cósmica matematizada de los antiguos pensadores griegos, así empleaban los términos arjé, principio, y diké, referido al ordenamiento justo. Para Tomás de Aquino, que también contaba con la influencia helénica, esto respondía a la idea de una creación continua de la existencia efectuada por Dios.

Llamamos tiempo a un segmento de la cadencia entre actos. Estos se iniciaron con un primer acto proveniente de la existencia anterior a la materia. Del mismo modo, denominamos espacio a otra sucesión de intervalos, aparentemente ocupados o libres de fragmentos de materia, siendo esta el "resultado potencial" del acto.       

Michael Friedman no oculta el problema de especificar algo abstracto, el tiempo. Además, el hecho experimentable, como bien plantea Einstein, está  limitado por el punto de observación, que tampoco es en ningún caso posible tener una percepción general y absoluta del movimiento en el ámbito del estas coordenadas, que serían referencias distintas para cada observador.

Se propone una "estructura geométrica del espacio-tiempo y los campos de materia", aportando una organización "geométrica" de los mismos. Se intenta configurar con ello una base analizable, representable, en la que se pueden realizar los cálculos de lógica que rigorizan su fundamento argumentativo. Friedman evoca la exposición de Adolf Grünbaum sobre la distinción de la masa como "puntos ocupados con densidad de masa no nula", y la "simultaneidad topológica" anterior o posterior al hecho físico, relacionando la masa con las dos coordenadas. Plantea la "fisiquización" y la mencionada composición 'geométrica' que permita su "investigación empírica", como si de campos y formaciones atómicas se tratase, representables en trayectorias curvas.

El "reposo absoluto", como trayectoria con sus puntos en igual posición, no es posible, sólo con carácter relativo hay un reposo; todos los cuerpos no convergen en un mismo punto (donde se unificarían en su recorrido), sino que siguen cauces distintos. De hecho, Friedman niega la existencia de un único espacio tridimensional, en su lugar hay espacios simultáneos en diferentes posiciones.  

Otro punto de análisis es el "siempre", que no es atemporalidad ni suspensión del tiempo; es monotonía, una tendencia o inercia. De lo que deducimos que "nunca" es lo no dado, no existente en ninguna posición. Asimismo, el momento inicial, el tiempo cero, parte de la intemporalidad, donde ya había energía, pues siguiendo su Ley de la conservación, esta nunca desaparece, en todo caso, se puede dispersar en el espacio. Por lo tanto hubo y hay una energía primera, infinita en el tiempo, que contextualiza un todo.

Se plantea que el origen atómico, lo que Georges Lemaître llamó "huevo cósmico", ha de tener un origen, hay una energía y masa eterna, estable; pero esto es imposible porque esa estabilidad intemporal se rompió con la 'gran explosión' y además tenía que haber unas fuerzas que lo mantuviesen estable. Se ataja el problema exponiendo el escenario básico de "un gas extremadamente disperso", acercándose a la idea del griego Anaxímenes de Mileto sobre una generación cósmica por condensación y enrarecimiento del aire. Hay otras hipótesis, como la del 'principio cosmológico perfecto' que proclama la regularidad absoluta inicial, no habiendo sitio para puntos de ruptura; o la 'teoría de la creación continua' (defendida por Fred Hoyle, por ejemplo), donde el hidrógeno se formaría de la nada, así se crearía la materia sucesivamente. En este último caso, sustituyendo la nada por un el 'acto puro', Dios, enlazaríamos con la formulación tomista.

Se presenta una coexistencia de fuerzas que generan el universo material: la "antimateria" formada a partir de un conjunto de "antiátomos" opuestos a la "materia", pero ambas dotadas de energía.

domingo, 27 de octubre de 2013

Todo cambio empieza por querer hacerlo

Documento 1: HUMBERTO GASPARDO, Maternidad Cristiana; instrucciones a las madres de familia, Ediciones Paulinas, 1958

"Y después llegan los disgustos: la casa va de mal en peor, los hijos se rebelan y cada día son peores; no es posible ya refrenarlos. ¿Cuál es la causa? La causa, se dice, es el mundo perverso en que vivimos: las malas compañías, los libros, los cines, los bailes, la moda." pág. 7

"Así pues, en general, los niños nacen llenos de defectos y a su tiempo se manifiestan en ellos los gérmenes de los siete pecados capitales. Ahora bien, muchos niños se habían visto rodeados de cuidados esmerados y no presenciaron malos ejemplos. ¿Cómo se explica esa anomalía?. Os lo diré en seguida: los niños nacen malos porque proceden de una fuente mala". pág. 19

"¿Cómo será esto [falta de decoro] en una mujer corrompida por lecturas lascivas o por amistades equivocadas (…)? Si una hija no ama la vida retirada, no amará tampoco a la familia, y buscar amistades fuera del hogar doméstico (…). Causa espanto hoy en día [años cincuenta] ver a las jóvenes andar de aquí para allá a cualquier hora o pasear con cualquier persona que las invita o de las que desea que las inviten (…). La futura esposa debe ser educada en una vida de trabajo y de fatiga. Es bueno (…) para el adolescente el haber llevado el yugo desde la infancia. Conviene hacer comprender a la hija que la vida no es pasatiempo, sino un sacrificio continuo. Por eso la madre ha de acostumbrar a la joven a ocuparse en labores de casa y a hacerlos bien. Decía una joven que para ella la más grata satisfacción era la de estar en casa trabajando y ver que su padre y hermanos no carecían de ninguna cosa. Una joven semejante será una bendición (…)". pág. 24,25

"Es necesario que la futura madre de familia se acostumbre a obedecer, pero a obedecer siempre a su madre (…). ¡Ay si ceden! (…) [En casa del marido] tendrá que obedecer a la suegra, a la cuñada (…). [Y sola con el marido] ¿cree la esposa que de esa manera será libre?. El matrimonio se llama yugo, y yugo quiere decir sujeción". pág. 27

"Madres, si queréis (…) a vuestras hijas, sed rígidas e inflexibles y exigidles obediencia absoluta a vuestras órdenes. (…) La sexta virtud es la caridad. Pero la paz no puede existir sin la caridad. Si se quiere buscar la causa de ciertas desavenencias (…), resulta evidente que ha sido por faltar a la caridad." pág. 28

"Quien posee un buen natural, aun sin molestarse, ejecuta lo bueno". pág. 43

"Un joven prudente y serio no buscará la esposa en bailes, ni cines, ni teatro, ni mucho menos en reuniones nocturnas. Las buscará, al contrario, entre las jóvenes serias y honestas." pág. 138

"Ante todo, si la esposa quiere mantener la paz en casa, debe sufrir en silencio: hablar poco con los hombres (…), de ninguna manera se lamente con personas extrañas…". pág. 216


Observamos que pesan con rotundidad y profusión los términos pertenecientes a campos léxicos y semáticos vinculados a la idea de "servicio": obediencia, virtuosismo moral, resignación, cumplimiento, entrega. Tales enunciados, verdaderas unidades de información, se oponen a los conceptos a reprimir por los forjadores de la ideología ultraconservadora. En el lado negativo de la balanza depositamos el pecado, la contaminación, perversidad, confidencia, e incluso el uso de la libertad; la disposición no dirigida es tomada por atributo amenazante al orden impuesto en esta etapa histórica. Se presenta una clara división de significados que pretende hacer una criba maniquea de lo bueno, lo que debe ser, frente a los malo, lo prohibido que debe ser evitado. Aún encontraremos a lo largo de todo este librito muchas más menciones a la "obeciencia", al "yugo", la "prudencia", "virtud", etc., unidades básicas determinantes del sistema de memes idóneo para su réplica.


Documento 2: Formación Político-Social, 2º Curso de Bachillerato, Sección Femenina de FET y de las JONS, Madrid, 1964

"La risa. Es una de las manifestaciones exteriores más frecuentes y, por tanto, que más debemos controlar. La risa se presta a ser violenta y estrepitosa, y a veces inoportuna. Cuesta trabajo dominarse, pero hay que hacerlo, pues para eso es la educación". pág. 70

De nuevo esa desconfianza por lo que no se puede "controlar". Las emociones buenas han de vivirse en intimidad, con mesura y equilibrio. Una educación óptima debe garantizarlo.

"Una mujer tiene que cuidar sus ademanes mucho más que un hombre, pues es propio de su feminidad los gestos suaves y delicados (…) y resulta muy desagradable estar con niñas cuyos modales son bruscos, violentos o exagerados". pág. 68


Documento 3: ÁLVAREZ PÉREZ, ANTONIO, Enciclopedia Álvarez, 2º Grado, Miñón S.A, Valladolid, 1965

"El heroísmo de la mujer tiene dos formas: una consiste en desarrollar, ejemplar y diariamente su trabajo en el hogar, y la otra, en ofrendar su vida cuando la Patria o las circunstancias lo exijan (…). Como ejemplos citaremos: María Luisa Terry y Sagrario del Amo, muertas en el frente de combate [obviamente se refiere a la Guerra Civil española] al asistir a soldados heridos, y María Paz Unciti y las hermanas Chabás, asesinadas por los rojos. (…) Toda Flecha debe prepararse y estar dispuesta para seguir el ejemplo hasta donde sea preciso". pág. 493

Y es que la gloria alcanzada en el cumplimiento del deber no era algo reservado sólo a los varones. Se reconocía la labor desempeñada por las mujeres. No sólo sirven en el "hogar", marco elemental de convivencia, sino también en la defensa directa de un concepto vinculado al quehacer colectivo, la mencionada "Patria", soporte común. ¿Qué quiere decir ésto? Pues que el sistema de informaciones estructuradas de este período histórico, secuencia de la evolución social, no era tan distinto del siguiente estado, sino que anticipaba el cambio desde la propia permanencia de memes que estaban ahí, utilizando sus vectores. El franquismo partía de sociotipos previos mediante unos espacios de creencias para mutarlos en unidades replicables, a co-memes progresivos. De hecho, la misma forma de imitación admitía cierto grado de apertura hasta el punto en que el sistema llegó a estar dominado por tantos "retromemes" (ideas infiltradas para bien o para mal) que la propia naturaleza de la base estaba cediendo. Entonces, señores académicos, ¡nos han timado al contarnos la historia! Buena parte del cambio social ya estaba hecho.

Los memes de nuestro actual sistema político no se inventaron de nuevo, ni tan siquiera desplazaron las unidades básicas de información, sino que simplemente canalizó hacia sí buena parte de los elementos que ya estaban "presentes en nuestro afán". O es que acaso, ¿no fueron los mismos sujetos quienes introdujeron los retromemes en el sistema que propiciaron el cambio? Hablemos de reforma, mudanza controlada. Eso sí, transmitir, se transmitió o vendió bien la reforma, los memes se replicaron como nunca lo habían hecho y así llegaron a infectar nuestras cabezas adornadas con los parásitos de las mil y una buenas palabras vacías.